diumenge, 1 de maig del 2011

Día 7: Saint Louet - Bordeaux

 Y llegó el día que debíamos comenzar nuestro regreso a Barcelona. Después de cuatro noches en Le Thiaumerie, se nos hacía un poco triste el decir adiós a Michael y Sally. Nuestra marcha coincidía con el cumpleaños de Sally y con la boda del príncipe William con Kate Middleton, por lo que habían organizado una fiesta para esa tarde engalanando el patio con banderas de Gran Bretaña. Pero nosotros ya no pudimos quedarnos, a las 9 de la mañana, después de otro buen desayuno, abandonábamos el B&B.


Paramos en Torigni sur Vire, a comprar la comida dl viaje en el Carrefour, y llenar el depósito de gasolina (el mejor sitio en Francia para comprar la gasolina es sin duda los grandes supermercados, hay más de diez céntimos de diferencia respecto a las gasolineras de toda la vida). Y desde Torigni ya sólo paramos para volver a coger gasolina cerca de La Rochelle. Durante el camino pasamos cerca de Nantes, La Rochelle, Rochefort, hasta por fin llegar a Burdeos (Bordeaux). La ciudad es muy grande y nos costó casi una hora llegar hasta la puerta del hotel Ibis de course du Maréchal Juin, que estaba a menos de cinco minutos andando de la catedral de Saint André y el ayuntamiento. La habitación, con desayuno incluido, y la tasa de sejour (turística), nos ha salido por 88,70 (71+8+8+1'70). También hemos tenido que aparcar en el parking privado, y 15 horas nos han salido por 9 euros.Tras dejar las cosas en nuestra habitación, la cual apestaba un poco a tabaco, salimos a visitar la ciudad.

Nos dirigimos en primer lugar a la plaza de la catedral de Saint André, que no pudimos visitar porque había cerrado las puertas apenas media hora antes. Ya no nos sorprendió despues de haber visto tantas otras catedrales durante este viaje. A un lado de la catedral se encuentra la torre Pey-Berland, una torre de campanario coronada con la estatua dorada de Notre Dame de Aquitania. Al otro lado de la catedral se encuentra el Hotel de Ville o ayuntamiento.


Después de hacer las correspondientes fotos nos dispusimos a perdernos un poco por la ciudad. Bordeaux está repleto de salones de té, chocolaterías, restaurantes y vinacotecas. Atravesamos la rue de Monbazon, la rue des trois conils, la place de la Comedie, la place des Quinconces. Desde allí bajamos hasta el paseo que bordea el río Garonne, Quai Louis XVIII. A esta parte de la ciudad creemos que es a la que llaman el Puerto de la Luna, y que es patrimonio de la Humanidad. Es un paseo precioso, que tiene su punto culminante en la Place de la Bourse.

Desde esta plaza volvimos a subir para buscar alguno de los restaurantes que teníamos anotados. El primero que encontramos era más vinacoteca que restaurante, era el Aux quatre coins du vin. Así que buscamos otro, y el siguiente que encontramos fue Le Wine Bar, el número uno del trip advisor en Bordeaux. Por cierto, el dueño habla español.


Nos tomamos una copa de Château de Rochemorin del 2005, acompañada de un surtido de pates, embutidos y quesos. Lo culminamos con un tiramisú y una pannacota caseras, hechas por la esposa del dueño del local. Tuvimos mucha suerte de encontrar sitio en la misma barra del bar, pues un cuarto de hora más tarde ya estaba repleto. La cena nos salió por 48 euros (la copa de vino costaba 7 euros, y los postres 6 euros cada uno).


Con el estómago lleno nos fuimos a dar una vuelta nocturna por la ciudad. Lo que más nos gustó fue de nuevo la Place de la Bourse. Estas fotos corresponden a esta parte.




 Continuamos caminando durante una hora y media hasta que el cansancio del día ya nos pedía irnos a dormir. Burdeos nos ha gustado mucho, pero lo que intentaremos la próxima vez que vengamos es volver en avión, pues acceder o salir de la ciudad en coche es terrorífico.
Mañana toca vuelta rápida a casa, sin paradas turísticas. El próximo día intentaremos hacer un breve resumen de lo mejor y lo peor del viaje.
Hasta la vista, Au revoir